Son las 4:30pm, aplasto con calma el botón que llama al ascensor y espero. La cita con el Dr. fue exactamente lo que pensé: yo lleno de...

La espera

10:21 Aynoa Morán 1 Comments


Son las 4:30pm, aplasto con calma el botón que llama al ascensor y espero. La cita con el Dr. fue exactamente lo que pensé: yo lleno de dudas recibiría el paquete con los resultados de los exámenes de la semana pasada y él con cara de "ya le dije todo lo que sé" apretaría su sudorosa mano contra la mía, mientras esperaba el pago acordado. Ahora sigo aquí, 1 mes después de empezado este trámite de pruebas de salud, con las mismas preguntas sin respuestas, pero con un montón de dinero menos en la cuenta del banco.
Me acuerdo que todo empezó como un malestar en la espalda, que ahora después de todas estas citas con doctores que probablemente no vuelva a ver en mi vida, se convirtió en una posible bronquitis crónica, y el maldito dolor que no se va, no se va y no se va, me recuerda que todo ha sido en vano. What a drag it is getting old, indeed.
4:33pm marca el reloj en mi muñeca, espero al borde del balcón central del piso 15 de algún edificio del centro de la ciudad, no tengo que regresar a la oficina, pero pienso en el trabajo como siempre y me martirizo ¿Qué va a pasar con el informe de Zapata? ¿Será que dejan aprobado el presupuesto del nuevo año? ¿Habrá descubierto Elsie, al canalla que se coge mi taza todos los días y la deja sucia sobre el mesón? La verdad es que no quiero volver nunca. 4:35pm, hasta las cinco atienden en el consultorio del doctor que por fin me dará alguna respuesta a mis múltiples dolores. Necesito por lo menos 15 min para llegar, estacionarme y entrar, 17 minutos si es que me detiene en la puerta el guardia que me pedirá mi documentación, para luego informarle a la recepcionista que le avise al doctor que ya estoy afuera: cuánta vaina, cuánta espera ¿y el bendito ascensor dónde está?

4:37pm algo debe estar mal, esto nunca me había sucedido antes. Lorena me debe estar esperando impaciente en el carro, tal vez cree que me voy a desaparecer de nuevo y ahora que acabamos de salir de esta crisis y que ya hace tiempo que no juego las cartas o que ella se muerde los dedos de las manos por la ansiedad que le ocasionaba nuestra relación, seguramente se está mordiendo los dedos y me está maldiciendo por eso ¿Por qué no ha bajado ya? Son 15 pisos Lorena, tengo que esperar al ascensor ¿es acaso que por una espera vas a mandar abajo todo lo que hemos conseguido?
Se me parte de espalda y ya marcan las 4:38pm, voy a tener que ignorar al guardia y decirle a Lorena que no entre conmigo al consultorio, que se quede en doble fila o que busque un parqueo no tan lejos, uno que no sea cerca de los árboles porque después se caen las hojas sobre el carro y luego es a mí al que me toca mandarlo a lavar y qué estrés toda esa situación.
Seguramente no llega el ascensor porque algo malo pasó, o tal vez no ha pasado tanto tiempo y es mi reloj el que tiene un defecto y en lugar de avanzar en segundos, avanza en minutos y realmente solo han pasado 10 segundos desde que empezó la espera...
4:40pm esto ya no tiene sentido, me voy por las escaleras, ya no puedo esperar más. Aunque me demore otros 10 min adicionales y luego tenga que rogarle a esa secretaria que me deje pasar a ver al Doctor y... ¿Cómo no lo vi venir? Cerradas las escaleras, no me queda más que seguir esperando ¿Por qué no hay aire acondicionado en este piso? Estoy sudando y se me resbalan las manos contra la baranda del balcón interno, seguramente Lorena ya se fue, me dejó aquí y está camino a casa, detestándome... pues yo también te odio mujerzuela ¡y no me he olvidado de lo que hiciste ese día en el que dañaste todo!
Mi vida se resume a esta espera, a estos pensamientos a este instante. Yo no pedí envejecer, o casarme o trabajar detrás de un escritorio por un sueldo que da pena, yo no pedí que se averiara el ascensor.


4:45pm veo hacia abajo desde el balcón interno y me acuerdo del vértigo, de la niñez, de los raspones, de las montañas rusas, de los primeros besos, de esa novia, del pollo en salsa de mi mamá, de los pelotazos en las gafas, de las caídas de las resbaladera, de las caídas libres, de dejarse caer; como ahora me dejo caer y se vuelan los exámenes y los problemas y Lorena, se vuela todo, la taza sucia y los dolores. Pesa el cuerpo, se deja llevar y se prepara para el impacto final y el final de la espera, la maldita espera, de un ascensor que nunca llegará, de una vida que exigía un buen final. Pum.

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