Viernes, sinónimo de libertad, sinónimo de procrastinar, sinónimo de plan, sinónimo de salida, sinónimo de vida social, sinónimo de “¿qu...

Viernes otra vez

17:33 Aynoa Morán 0 Comments


Viernes, sinónimo de libertad, sinónimo de procrastinar, sinónimo de plan, sinónimo de salida, sinónimo de vida social, sinónimo de “¿qué vas a hacer hoy de noche?”, sinónimo de “un vinito”, sinónimo de “mejor me quedo en casa”, sinónimo de netflix, sinónimo de cita casual, sinónimo de primer(os) beso(s), sinónimo de “¿será que salgo hoy?”. Viernes.
Benditos viernes que sin intención, nos ponen un montón de presión encima.
Cada persona vive viernes distintos. Hay de los viven los viernes en “modo fiesta" y que sea como sea encuentran la excusa perfecta para salir a farrear. Encajan aquí los que se enteran de los spots de moda, esos que están pegando. Son ellos los que, sin importar cuántas horas de más hayan trabajado a la semana, saben que el viernes es viernes y no habrá nada ni nadie que les quite ese momento de perreo intenso que sus rodillas han estado esperando toda la semana.
*Nota al pie* siempre es conveniente tener a uno de esos amigos en tu grupo (o cerca), para cuando quieras probarte que también puedes (semi) perrear y que no eres un robot que no nació con habilidades perreísticas.
Luego vienen a los que la semana les chupó la vida y tienen esos viernes con ganas de nada; ellos son los que juran que cada viernes llegarán a casa a ver un película y a relajarse en la cama, pero que realmente llegan y se quedan prendidos en el celular perdiendo un montón de horas scrolleando their lives away.
Para otros, los viernes son sin duda sinónimo de comida, de salir a comer, de salir con el grupo de amigos de siempre y comer. De tachar el nuevo spot gastronómico porque hace rato decidieron que no hay nada mejor en la vida que COMER. Estos comerán, conversarán y se reirán, mientras sus sonrisas muestran restos de buena comida que decidieron compartir otro de esos viernes, en los que con alma de gordos, unieron un poco más sus vidas entre bocado y bocado. Kudos to them.
Estamos los que usamos los viernes como otra excusa para cafetear, porque siempre es bueno probar un nuevo rincón cafetero… o repetir mil veces el mismo porque ya sabemos que está bueno y además los dueños ya son amigos y siempre nos tratan de lo lindo.
También están los viernes que llamo los “a ver qué trip”, esos viernes para salir sin más, sin saber qué pasará. Viernes para primeras citas, primeras conversaciones, incómodas, lindas o un poco extrañas. Aunque no hay muchos de esos viernes, no hay duda de que son de los que más nos gustan, porque nos dan una probadita de algo nuevo, ese coqueteo con lo incierto que, sin duda, quisiéramos que dure un poquito más.
Por ahora estoy en mi etapa de viernes raros, o mejor dicho viernes aventureros. Creo que son una mezcla de todos los mencionados anteriormente; esos viernes en los que llegas a casa y ya casi que estas en pijama, pero escribe alguien en algún chat de algún grupito social y te cambias en 3 segundos y estás camino a la fiesta. Pero son también esos mismos en los que, a veces, ya lista para la farra, miras a tu perro, miras a tu cama, de nuevo a tu perro y decides que el plan cama + perro + netflix pega más. 
Viernes tontos, raros, pseudo viernes, lo que sea.
Y hoy que es viernes ¿con cuál se quedan al final?

0 comentarios:

Bienvenidos a la generación de los mal llevados. Nunca sabemos lo que queremos y como nos demoramos tanto en descubrirlo lo dejamos ...

Los mal llevados

12:49 Aynoa Morán 1 Comments


Bienvenidos a la generación de los mal llevados.

Nunca sabemos lo que queremos y como nos demoramos tanto en descubrirlo lo dejamos pasar. Saboreamos las cosas buenas, las tenemos ahí, pequeñitas, ingenuas, las tomamos y las disfrutamos un poco, pero como las dejamos venir, las dejamos marchar. Somos unos catadores infieles, de esos a los que les gusta todo lo que prueban, pero al final no se llevan nada. Vitrineamos la vida porque es mejor así, vamos tanteando, y nos encanta utilizar el término “tantear”, y prueba y error  y bla bla bla.

No nos casamos con nada, porque quién sabe qué vendrá después y ¿por qué arriesgar? vivimos exhaustos, porque sí que es cansada esta rutina de irse y no quedarse jamás. 
Donde no nos quieren, nos quedamos, donde nos quieren a medias, nos instalamos, donde más nos necesitan, nos negamos a estar. 
Somos expertos en quedamos con las ganas de muchas cosas, porque estamos esperando a que el universo obre mágicamente por y con nosotros. ¿Cómo sabemos si el universo no quiere que lo dejemos tranquilo un rato y que de una buena vez tomemos alguna decisión?

Nos encanta el agobio, aunque digamos que no es cierto, vamos por la vida agobiados. El trabajo, la rutina y el agobio.
Nos duele la espalda alta, la baja, el cuello, pero no, no es dolor, es angustia, la angustia que se ha instalado en nuestro cuerpo, o mejor dicho que se está manifestando molestosa en nuestro ser físico. Le untamos ungüento y no se va, le ponemos hielo, calor y crema de marihuana y coca, pero no se va. La angustia nos invade y le damos cabida.
Somos necios y tenemos ínfulas de resueltos, pero no distinguimos algo bueno de algo que no trascenderá.

Y hoy, no me cabe duda, que en época de mal llevados, los tiempos son duros en especial para esos eternos enamorados, esos que todavía escogen creer en el amor, son tiempos difíciles para esos que se suelen entregar muy pronto a la adictiva costumbre de andar de a dos. Y es que, estos son más tiempos de amores superfluos, de besos pasajeros, de noches fugaces, de visitas rápidas, de amores mal llevados que vienen sin ton ni son.
Sí, estos son tiempos para los que tienen miedo, los que no le van a las grandes apuestas, los desinteresados, esos que no van a dar de más.

Si luego de leer esto, consideras que no formas parte de esta generación, entonces lo mejor es retirarte a tiempo, antes de que duela en serio, guardarse, aprender a querer de a poco y a no exponerse a nada. Es mejor entender que estos son tiempos para los mal llevados y que la única salida es adaptarse, morir en el intento, o mudarse a uno de esos países donde nunca sale el sol, y salir a socializar no es la primera opción. Felices todos.

1 comentarios:

Pareciera que cada año es una acumulación de pequeñas cagadas , sí. Pero no, no nos adelantemos no son necesariamente todas malas, algu...

¡Qué cagada!

10:24 Aynoa Morán 0 Comments


Pareciera que cada año es una acumulación de pequeñas cagadas, sí. Pero no, no nos adelantemos no son necesariamente todas malas, algunas cagadas son buenas ¿o es que no han escuchado que si los caga una paloma es de buena suerte? Bueno pues, yo quiero seguirla cagando, porque así se me da. No quiero sonar cliché ni nada, pero he aprendido mucho así, cagándola, haciendo todo lo que me ha dictado el instinto, la tripa, o siendo honesta, siguiendo las ganas de ver qué pasa. De broma en broma he sobrevivido.
Y aunque muchos me viven diciendo que no la cague, o que por qué la cagué, si todo me iba tan bien así o asá ¿qué les puedo decir? Yo escucho todos los consejos que me dan: los jóvenes, los viejos, los más sabios, sobre todo mi papá; escucho porque hay que aprender a escuchar, y hay que analizar y escoger con lo que nos queremos quedar. Yo lo he intentado de todas las formas; he sido atenta, alerta, cautelosa, me he lanzado de una, he sido impulsiva, he aplicado la de recatada, la de bacán, todo, al final siempre la cago, pero esa también ha sido la parte genial.
Y es así, hay que aprender a vivir con las cagadas que cometemos, embrace them, porque son parte de lo que somos y nada las borra mágicamente. Hay que aprender a hacerse bolita y a llorarlas (si son del team llanto, como yo), o a matarse de risa y atisbarlas de vez en cuando, para no regresar a ellas. 
No, esto no quiere decir que vamos a ir por la vida de cagada en cagada, no, esto quiere decir, tal vez, que podemos atrevernos a hacer lo que nos hace sonreír de más, a apostarle a las felicidades efímeras, porque no sabemos con certeza cuánto duran las cosas (ya sean buenas o malas). No sabemos, aunque nos matemos tratando de buscar las señales que nos den todas las respuestas, y le dedicamos horas, días, la vida entera a darle significado a todo, a darle un sentido, que muchas veces no tiene nada de real. 
A veces pasa, y hay que dejarlo pasar. Los planes se vienen abajo, las cosas no son lo que parecen, la gente decepciona, unos se llegan a quedar, algunos van dejando marca, otros nos quieren mal, pero igual los queremos de vuelta. La gente no es eterna, nos enteramos tarde, lastimamos adrede o sin darnos cuenta, nos importa mucho, o a veces muy poco, nos pasamos de la cuenta, o no expresamos nada, estamos hechos de cagadas, pero es normal, solo hay que saber cuándo es suficiente y dejarla de cagar.
En lo personal, este año ha sido mucha mierda, de la que me han quedado incontables aprendizajes, cicatrices, fantasmas. A estas alturas no me queda más que pararme de nuevo y ponerme a limpiar el desastre. No me quejo, la vida es esto y está bueno.

¿Vamos por una cagada más?

0 comentarios: