Cuando tomas la pluma de otra persona, tomas sus recuerdos, sus deseos y te conectas con sus auténticos sentimientos. El propietario or...

Pura coincidencia

10:22 Aynoa Morán 0 Comments


Cuando tomas la pluma de otra persona, tomas sus recuerdos, sus deseos y te conectas con sus auténticos sentimientos.
El propietario original, donde sea que se encuentre, nota casi de manera inmediata, que alguien ha empezado a explorar su mente, pero con tranquilidad lo acepta, ya que como es bien sabido, cada pluma trae sus instrucciones y condiciones de empleo talladas con letras muy chiquitas, en las que claramente se especifica que al estrenarla se depositarán en ella las vivencias de su portador. La mayoría de las veces estas son ignoradas por los usuarios, lo que ocasiona descontentos e inconformidad. Los pocos que las leen con parsimonia, tratan de ser cuidadosos y nunca: extraviar, prestar, regalar u olvidar sus tan preciados bolígrafos.
Es así entonces, que cada vez que una pluma llega a manos de un escritor diferente (ya sea por accidente, extravío o hurto), se pueden llegar a generar varias historias inspiradas en la vida de su antiguo dueño. Línea tras línea, en una ráfaga inconsciente de inspiración lingüística, los nuevos propietarios plasman en el papel la vida ajena; la adornan con ficciones, romances o aventuras fantásticas.

De vez en cuando los dueños originales se pierden dentro de uno de estos relatos, cuya historia pareciera narrar la suya; en ese momento no se acuerdan de sus perdidas plumas, ni de las instrucciones, ni de que las coincidencias en este mundo, no suelen ser simples coincidencias.

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